Rusia
19.09.23

Ucrania/Rusia: La enfermera que plantó cara a la injusticia en la Crimea ocupada

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A las 9.30 de la mañana del viernes, 29 de abril de 2022, Iryna Danylovych esperaba el autobús en Koktebel, una aldea costera en el mar Negro, en el territorio ocupado de Crimea. Acababa de salir del turno de noche como enfermera de la residencia de ancianos en la que trabajaba. Sin duda, estaba cansada y deseando llegar de nuevo a Vladislavoyka, donde vivía y donde a menudo su perro Nika la esperaba en la parada del autobús. Mientras Iryna hacía tiempo, paró a su lado un coche con tres hombres: dos de ellos llevaban pasamontañas y el tercero le mostró una identificación e insistió en que Iryna debía acompañarlos “para hablar”. La metieron en el coche a la fuerza y cuando ella pidió ver la orden de detención le dijeron que se callara si quería seguir viviendo.

Quienes secuestraron a Iryna Danylovych eran miembros del FSB, el servicio de seguridad ruso. Cuando estuvieron cerca de la sede del servicio en Simferópol, la capital de Crimea, uno de los hombres le cubrió la cabeza con una bolsa. Al acceder al edificio, Iryna Danylovych estaba esposada. Pasaron 13 largos días hasta que su familia, sus amigos y compañeros de trabajo tuvieron noticias suyas.

Interrogatorio

Es probable que Iryna supiese lo que iba a suceder. Además de profesional sanitaria, también era periodista ciudadana y activista de derechos humanos y conocía la existencia de muchos casos de secuestro a manos del FSB. Desde que Rusia ocupó la región ucraniana de Crimea en 2014, se han documentado casos de desaparición, tortura y encarcelamiento por acusaciones falsas.

Los agentes del FSB querían que Iryna, privada de libertad en un sótano, les proporcionase datos sobre periodistas independientes de Crimea. La acusaron de cooperar con los servicios de seguridad de otros países y se rieron cuando pidió llamar a sus padres para que no se preocupasen y a sus empleadores para decir que no iría a trabajar. Le dijeron que ya no le haría falta trabajar y que de lo que debería preocuparse era de salir viva de ese sótano.

En su segundo día de cautividad, llegaron más miembros del FSB con pasamontañas. La golpearon y uno de los hombres se situó detrás de ella y comenzó a asfixiarla. A lo largo de la semana siguiente, la sometieron a intimidación en repetidas ocasiones, pero, a pesar de la presión ilegal ejercida sobre Iryna, el FSB no obtuvo la información que quería. El 6 de mayo de 2023 le pidieron que firmase algunos papeles en blanco. “Si quieres seguir viviendo, calla y firma”, le dijeron. Firmó. El FSB, después de conseguir estas firmas, hizo uso del as que tenía bajo la manga: al no haber podido quebrarla ni hacer que confesase su “traición al Estado”, afirmaron que habían descubierto un dispositivo explosivo en la funda de sus gafas (aunque nunca se ha llegado a explicar por qué Iryna llevaría tal dispositivo en el bolso en su trayecto hacia y desde su trabajo en una residencia de ancianos).

“La libertad es mi religión”

Estas son las palabras que Iryna tiene tatuadas en la nuca, inspiradas en su libro preferido: 1984, de George Orwell. Se lo hizo después de que Rusia ocupase Crimea en 2014, cuando comenzó su trabajo de activismo. Iryna lideraba el sindicato Alianza Médica y gestionaba el grupo de Facebook Medicina Libre en Crimea. Escribía en un blog, colaboraba con los medios y señalaba la corrupción que había en la Crimea ocupada por Rusia, especialmente el desvío de recursos durante la pandemia de COVID-19 y la manipulación de las estadísticas. También ayudaba al pueblo Tártaro de Crimea, una minoría muy perseguida (casos de Abdureshit Dzhepparov, Nariman Dzhelyal). Sin duda, las autoridades rusas se percataron de su trabajo en el ámbito del periodismo ciudadano: a Iryna siempre le gustaron y se le dieron bien la escritura y la comunicación.

Sin embargo, su primer amor, la medicina, se desarrolló sobre los cimientos de su devoción por los animales y el cuidado de muchos cachorros de gato y perro cuando era pequeña. Iryna Danylovych quería ser médico, pero su familia no tenía muchos recursos, por lo que hizo un grado universitario más breve y se formó para ser enfermera. Cuando comenzó a ejercer se la conocía por su compasión serena y su profesionalidad, y su comunidad en el pueblo siempre acudía a ella en emergencias.

Juicio y condena

El aplomo de Iryna sin duda la ha ayudado a enfrentarse a la coacción violenta y a las amenazas de muerte del FSB durante su privación de libertad. El 11 de mayo de 2022, casi dos semanas después de su secuestro, por fin se informó al abogado y a los seres queridos de Iryna Danylovych de su paradero. No obstante, su familia no pudo verla hasta que compareció ante un juez a finales de agosto de 2022 por la falsa acusación de posesión de explosivos. Fue una gran conmoción. No hay duda para nadie que vise a Iryna, pálida y demacrada, seguir el procedimiento desde el interior de una celda de cristal blindado de que su salud se había resentido.

En el procedimiento, el FSB declaró que Iryna había fabricado una pequeña bomba utilizando una sustancia explosiva y jeringuillas médicas. Iryna tuvo la valentía de dirigirse al tribunal una última vez para expresar que, después de su secuestro, había temido convertirse en una víctima más de la desaparición forzada en la Crimea ocupada. El hecho de que evitase el destino de otras personas bien pudiera deberse a la atención internacional que se prestó a su caso. Sin embargo, esta mujer continuaba siendo una molestia para las autoridades rusas y el 28 de diciembre de 2022 se condenó a Iryna Danylovych a siete años de cárcel.

Recurso y problemas de salud

Iryna Danylovych no se rindió; continuó desafiante, hizo una huelga de hambre para frenar los malos tratos a los que se la sometía y presentó un recurso a su sentencia condenatoria. No obstante, su salud continuaba deteriorándose. Iryna llevaba tiempo quejándose de un dolor de oídos insoportable: la otitis es una infección auditiva que causa una inflamación dolorosa. Como enfermera, sabía lo que le sucedía, pero no le permitieron acceder al tratamiento médico adecuado. En su lugar, le dijeron que, cuando se atrofiase el nervio auditivo, se quedaría sorda y dejaría de dolerle.

El 29 de junio de 2023 tuvo lugar la audiencia de su recurso bajo los auspicios de las autoridades rusas en el Tribunal Supremo de Crimea. En solo unos minutos, los jueces tomaron la ridícula decisión de reducir un mes la condena de Iryna.

Traslado a Rusia

Después de su recurso, se trasladó a Iryna a Zelenokumsk, en Rusia, muy lejos de Crimea. Está encarcelada en la Colonia Penal 7, está sorda de un oído y sigue sin haber recibido un tratamiento médico efectivo. Su familia, sus amigos y sus compañeros están preocupados por su salud física y mental. Esperan que su ánimo no se quiebre. Su perro Nika sigue corriendo a la parada en Feodosia esperando encontrar a su adorada Iryna bajándose del autobús. En su lugar, Iryna Danylovych se ha unido a decenas de presos políticos de la Crimea ocupada a los que el Estado ruso ha privado de libertad injustamente lejos de sus hogares.

Una su voz a la nuestra para pedir la puesta en libertad inmediata de Iryna Danylovych!