03.08.06
Intervenciones urgentes

Violencia Contra la Mujer, un fenómeno mundial

Ginebra, 8 de marzo 2006

Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, la OMCT desea recordar la discriminación que sufre diariamente la mujer en todo el mundo, ya que los crímenes cometidos en su contra raras veces son castigados, mientras que los que le son imputados suelen serlo de manera desproporcionada y arbitraria.

La violencia contra la mujer perpetrada por su familia o su entorno social es tan universal como los derechos de los que debería disfrutar. Esta lamentable situación requiere más que simples interdicciones legales. Esa práctica no cambiará mientras sea socialmente tolerada en nombre de un orden patriarcal, de la tradición o de una supuesta superioridad sexual. Sin embargo, antes de poner de relieve el deber que tiene el Estado de prevenir, proteger, investigar y castigar los actos de violencia doméstica o social perpetrados contra las mujeres, debería hacerse énfasis en que el Estado es quien perpetra o apoya la violencia contra las mujeres. De ahí la necesidad de estudiar cada una de las facetas del problema y de abordarlo a distintos niveles siguiendo un método global o multidimensional. Eso es lo que la OMCT ha estado realizando, con la ayuda de sus organizaciones miembros (hoy en día cerca de 282), desde el año 1996.

A lo largo de los diez años de la existencia de su Programa Violencia contra la Mujer, la OMCT ha constatado que, debido al papel que desempeñan en la sociedad o su pertenencia a determinada categoría social, ciertas mujeres son más propensas a ser víctimas de violencia. Por ejemplo, en el Estado indio del Tamil Nadu, las mujeres Dalit víctimas de violencia, incluso de abuso sexual, tienen menos posibilidades de ser oídas en juicio y de conseguir una reparación, por el hecho de que su agresor procede de una casta superior. La garantía virtual de inmunidad resulta, además, un catalizador en la perpetración de tales actos. Los mismos defensores de los derechos de la mujer, sean hombres o mujeres, son asimismo a menudo el blanco de ataques por desafiar tanto las reglas gubernamentales como las normas sociales.

La OMCT también ha documentado ampliamente la violencia extrema de la que son objeto las mujeres en el contexto de conflictos armados internos (en Sudán o en Colombia), de ocupación (en Israel / los Territorios Palestinos Ocupados), o en el marco del cuestionamiento de la soberanía (Sahara Occidental). En estos casos, las fuerzas armadas gubernamentales y rebeldes, que supuestamente deberían acatar las normas de Derecho Internacional Humanitario (DIH), gozan de impunidad por los malos tratos, la obligación a trabajos forzados, la explotación sexual y los abusos sexuales cometidos contra las mujeres, frecuentemente utilizadas como armas de guerra.

Muchos son los factores que frenan y disuaden a las mujeres de denunciar los actos de violencia que les son infligidos: la presión social, la vergüenza, el temor a las represalias y el convencimiento de que nada será emprendido para investigar y castigar aquellos crímenes. Sin embargo, la OMCT ha comprobado que las redes internacionales de solidaridad, tales como su red SOS-Tortura, resultan significativamente activas a la hora de dar apoyo a las mujeres víctimas de violencia. Silenciar semejante violencia perjudica la mejoría de la situación de las víctimas actuales y potenciales. Los perpetradores han de ser denunciados, desacreditados, y castigados de acuerdo con la ley, y los Estados deben asumir su responsabilidad por la comisión y/o perdón de las violaciones de los derechos más fundamentales de la mujer.

Para mayor información o la obtención de documentos ver www.omct.org o comunicarse con:

Mariana Duarte, Tél.: +41 22 809 49 39 - Fax: +41 22 809 49 29 – E-mail: md@omct.org