14.12.23
Declaraciones

Declaración de víctimas y sobrevivientes de tortura de América Latina

Víctimas y sobrevivientes de tortura de América Latina se han reunido en Bogotá, con la presencia de la Relatora Especial de la ONU sobre Tortura, la Dra. Alice Edwards, para escucharse, acompañarse y narrar para sanar.

Durante los días 1, 2 y 3 noviembre, familiares, sobrevivientes y víctimas de tortura y otros tratos crueles de 13 países de América Latina, nos reunimos en Bogotá, con la presencia de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la tortura, la Dra. Alice Edwards, y organizaciones de derechos humanos internacionales y de la región, a fin de compartir nuestros sentires y pensares sobre el largo caminar que hemos recorrido en búsqueda del acceso a la justicia, la verdad, la reparación y no repetición por la violencia que nuestros Estados han cometido en contra de nosotras/os/es, y que ha dejado profundas heridas y secuelas en nuestros cuerpos, pero también en nuestras sociedades y territorios.

Hemos sido y seguimos siendo víctimas de un Estado punitivo, opresor, racista y patriarcal que nos estigmatizó y criminalizó por nuestra edad, género, origen étnico, raza, nacionalidad, clase, derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, por nuestra opinión, postura política y por defender derechos humanos; para luego detenernos arbitrariamente, torturarnos, humillarnos, vejarnos, lastimar a nuestra familia, violar nuestra dignidad y encarcelarnos por delitos que no cometimos;

Indignadxs porque la tortura sigue siendo un método de castigo y de control social utilizado por los Estados sistemáticamente para oprimir y reprimir a los pueblos y en especial, a las juventudes, a las mujeres, a la comunidad LGBTIQ+, a las personas afrodescendientes, a quienes defendemos derechos humanos, a quienes migramos, a quienes pertenecemos a pueblos indígenas, a quienes defendemos la tierra y nuestros territorios;

Cansadxs de ser considerados delincuentes, vándalos o terroristas, y que, junto con nuestras familias, hayamos tenido que huir de nuestros hogares y territorios y no podamos regresar por el temor a represalias, a perder la vida o al constante estigma;

Preocupadxs porque nuestras familias y seres queridos han sufrido los impactos de nuestras heridas y nuestros torturadores también les han arrebatado la alegría;

Convencidxs de que nadie mejor que nosotros/as/es puede hablar sobre las cicatrices que ha dejado la tortura en nuestras vidas y que son nuestras voces y nuestras historias las que pueden dar fuerza a otras víctimas y sobrevivientes ante la indolencia de nuestros Estados;

Unidxs por la indignación, la digna rabia, la fuerza y la belleza de nuestra resistencia, a pesar de las heridas profundas que nos dejaron nuestros torturadores, los militares, los policías, las fiscalías, el Estado;

Hoy alzamos nuestras voces para decir que seremos incansables en nuestra lucha por la justicia, y que nadie nos robará la memoria, porque nadie más merece ser víctima de brutalidad policial ni de la opresión del Estado;

Después de días de reflexión, de mirarnos y cuidarnos a través del dolor que no dejamos de sentir, hemos narrado para sanar, y hemos decidido articularnos como una Red de Sobrevivientes y Víctimas de Tortura de la región.

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