Ucrania merece justicia
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Hoy, 24 de febrero, se cumplen tres años de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. En tres días, el 27 de febrero, se cumplirán 11 años desde el inicio de la invasión rusa en 2014 con la ocupación de Crimea.
Los territorios ocupados por Rusia en 2014 y 2022 enfrentan la misma realidad. Rusia no solo toma el control de estos territorios, sino que también intenta integrarlos “de nuevo” en un esfuerzo por rusificar estas comunidades. Cualquier grupo que intente impedirlo o destacar es eliminado, aislado o forzado al exilio.
En Crimea, los activistas pro-ucranianos, los líderes y activistas tártaros de Crimea, las comunidades religiosas musulmanas y cualquier otra persona o grupo percibido como opositor al régimen ruso (defensores de derechos humanos, periodistas, abogados) han sido blanco de represión. Decenas de personas fueron ejecutadas o secuestradas, especialmente entre 2014 y 2016, y cientos han sido detenidas arbitrariamente, con detenciones que continúan hasta el día de hoy.
En los territorios recientemente ocupados, la OMCT y sus socios han documentado una política de violencia sistemática contra civiles ucranianos considerados desleales por el ejército ruso. Este amplio grupo incluye a exmilitares y agentes de seguridad, representantes de administraciones locales, líderes de opinión, activistas cívicos y empresarios. También se ha atacado a personas simplemente por estar suscritas a canales de noticias ucranianos en redes sociales, escuchar música ucraniana, tener fotos simbólicas en sus teléfonos o tatuajes con símbolos patrióticos ucranianos. A veces por sus opiniones, otras por ser sospechosas de colaborar con el Estado ucraniano en función de su perfil, estas personas han sido ejecutadas, torturadas, secuestradas y mantenidas en detención durante años sin juicio ni contacto con sus seres queridos, en condiciones inhumanas que nadie debería experimentar jamás. En 2022, tras la liberación de varias ciudades, las fuerzas del orden ucranianas y la sociedad civil descubrieron cámaras de tortura y fosas comunes. Organismos internacionales, como la ONU y la CPI, han reconocido que esta situación constituye crímenes internacionales debido a la naturaleza sistemática de las violaciones y al gran número de víctimas.
No tenemos acceso a los territorios aún ocupados por Rusia, ni tampoco otras organizaciones internacionales o de la sociedad civil. Sin embargo, dada la falta de información disponible, no hay razones para creer que esta política haya cambiado. Las terribles violaciones continúan allí cada día.
Torturados por resistir la ocupación rusa
El 15 de marzo de 2014, dos semanas después de la entrada de las tropas rusas en Crimea, el cuerpo del activista tártaro de Crimea Reshat Ametov, de 39 años, fue encontrado al borde de una carretera cerca de Simferópol, la capital de Crimea. Doce días antes, el 3 de marzo, había salido solo a protestar pacíficamente contra la ocupación rusa en la plaza principal de Simferópol. Su cuerpo mostraba signos claros de tortura: múltiples hematomas, una grave herida en la cabeza y una puñalada en el ojo izquierdo. Su cabeza estaba envuelta con cinta adhesiva y unas esposas fueron halladas cerca de su cuerpo.
Ocho años después, el 24 de marzo de 2022, otro ucraniano, el escritor y poeta Volodymyr Vakulenko, de 50 años, fue detenido en su casa, en el pueblo de Kapitolivka, cerca de la ciudad de Izium, en la región de Járkov. No organizó ninguna protesta; simplemente apoyaba abiertamente la integridad territorial de Ucrania, hablaba en ucraniano y escribía en su diario. En septiembre de 2022, tras la liberación de Izium, las fuerzas del orden ucranianas descubrieron una fosa común con cruces de madera idénticas. En la tumba número 319, se encontró el cuerpo de Volodymyr Vakulenko con signos de tortura. Había sido ejecutado con un disparo en la cabeza con una pistola Makarov.
Mientras la impunidad prevalezca, estas tragedias seguirán ocurriendo cada día, acabando con las personas más valientes, sabias y talentosas, destruyendo familias, comunidades y sociedades que nunca podrán ser reconstruidas.
Únete a nuestro movimiento global contra la tortura para ayudar a proteger a los defensores de derechos humanos en todo el mundo y fortalecer a los sobrevivientes en su recuperación y búsqueda de justicia. Considera apoyar a la OMCT y a su Red SOS Tortura: tu donación puede marcar una verdadera diferencia en la promoción de la dignidad humana.