Burundi
15.06.22
Blog

“La comunidad internacional enfrenta uno de los períodos más críticos de las últimas décadas”

Claude Heller, quien es miembro del Comité contra la Tortura (CAT) de las Naciones Unidas desde 2016, fue reelegido como su presidente en abril de 2022 para los próximos dos años. En una entrevista con la OMCT, al observar cómo los más vulnerables corren un mayor riesgo de sufrir tortura, el ex embajador de México ante las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad explica la importancia de defender nuestro sistema multilateral de derechos humanos.

Durante los dos últimos años, la pandemia de Covid-19 ha planteado retos sin precedentes tanto al Comité contra la Tortura, como a otros organismos internacionales, y ha afectado negativamente a su funcionamiento. Al salir de la pandemia, ¿cuál es el mayor reto para el Comité?

La pandemia del Covid-19 tuvo un enorme impacto para el sistema internacional y el funcionamiento de la gran variedad de instituciones, órganos y procesos multilaterales.

El mayor desafío para el CAT es recuperar el retraso debido a las circunstancias en las que, casi dos años, no pudo examinar los informes periódicos de los Estados que estaban programados bajo el artículo 19 de la Convención. Tampoco estuvo en posibilidad de desarrollar su papel de protección bajo el artículo 22 que le da las competencias necesarias para examinar y pronunciarse sobre las comunicaciones individuales de personas que alegan ser víctimas de una violación por parte de un Estado Parte que ha reconocido su competencia para ello. De igual forma no estuvo en condiciones de examinar en un procedimiento confidencial, bajo el artículo 20, alegaciones de organizaciones de la sociedad civil en torno a la práctica sistemática de la tortura en determinados Estado Partes.

Tras este periodo en el que los mecanismos internacionales de vigilancia y rendición de cuentas se paralizaron, ¿qué valoración hace el Comité de las actuales tendencias, avances u obstáculos mundiales en la lucha por la erradicación de la tortura?

Después de este período de suspensión temporal del monitoreo internacional y de la rendición de cuentas, le preocupa al Comité la persistencia de la tortura en diversos contextos tanto en zonas de conflictos como en Estados autoritarios y en aquellos que enfrentan dificultades para implementar las disposiciones de la Convención. El uso excesivo de la fuerza es una constante en diferentes escenarios que además se acentuó en el marco de las medidas restrictivas contra la pandemia. Es una necesidad imperiosa intensificar las acciones para erradicar la tortura y persuadir a las sociedades la importancia de adoptar políticas públicas y medidas efectivas que tengan dicho objetivo.


El sistema de órganos de tratados sufre una situación crítica dada la falta de recursos humanos y financieros


En su papel de presidente, ¿cuáles son sus principales prioridades y áreas de interés para los próximos dos años?

Como presidente del CAT seguiré procurando que se fortalezca el dialogo constructivo con los Estados en virtud de que hemos observado con preocupación la falta de cooperación en algunos casos nacionales cuyas autoridades ignoran las recomendaciones formuladas por el Comité y que incluso, en relación con las comunicaciones individuales, no sólo no responden, sino que también ejercen represalias contra las víctimas y sus familiares.

Estamos intentando de que el Comité sea más visible llevando ante la atención pública casos tan flagrantes como el de Burundi, en el que la grave violación de los derechos humanos requiere la atención internacional, y que no cumple en lo más mínimo con sus obligaciones convencionales. También lo haremos con aquellos Estados que no atienden las decisiones del Comité relativas a las denuncias individuales. En coordinación con el Subcomité para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (SPT), hemos decidido incrementar nuestra cooperación en diversos temas. Por ejemplo, decidimos expresar nuestra gran preocupación por la situación de violencia indiscriminada en las cárceles de en Ecuador expresando la voluntad de cooperar con el Estado Parte en la medida de nuestras posibilidades.

La Convención contra la Tortura cuenta en la actualidad con 173 Estados Parte lo que ello implica un mayor trabajo para un Comité de composición limitada a diez miembros y para el Secretariado. Estoy consciente de que el sistema de órganos de tratados sufre una situación crítica dada la falta de recursos humanos y financieros. Por ello estamos comprometidos con impulsar una reforma que nos permita atender las carencias actuales y el retraso existente en el examen de informes y de comunicaciones individuales. Un mayor apoyo de los Estados, que son los dueños de una Convención al que se suscribieron de manera soberana y están obligados a cumplir sus disposiciones, así como de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos es esencial.

¿Qué importancia tiene el papel de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) para el trabajo del Comité? ¿Tiene alguna recomendación para las OSC en cuanto a la participación efectiva en el Comité?

El papel de las organizaciones de la sociedad civil es particularmente relevante para el trabajo del Comité. Su participación en las reuniones privadas, sus informes alternativos, y los intercambios personales enriquecen el conocimiento del Comité sobre las situaciones tan diversas de los Estados que está examinando. En mi opinión, las OSC podrían tener un papel más activo en el seguimiento del cumplimiento de las recomendaciones formuladas por el Comité en sus Observaciones Finales derivadas del examen de los informes de los Estados parte de la Convención.

Crisis políticas internas en diversas han incrementado el riesgo de tortura y malos tratos a las categorías más vulnerables


La guerra en Ucrania está provocando graves violaciones de los derechos humanos, incluidos actos de tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes en los territorios bajo control ruso. Las denuncias de mujeres violadas por soldados rusos se están acumulando. Hemos sido testigos de cómo los recientes conflictos y crisis en todo el mundo han aumentado el riesgo de tortura y otros malos tratos contra grupos especialmente vulnerables a la tortura, como las personas privadas de libertad, las mujeres, los niños y los pueblos indígenas. ¿Cómo va a mejorar el Comité la protección de estos grupos?

La comunidad internacional enfrenta uno de los períodos más críticos de las últimas décadas en virtud de la frecuente violación del derecho internacional y del derecho internacional humanitario. El abuso del veto por los miembros permanentes, incluso en guerras que los involucran, ha llevado a la parálisis del Consejo de Seguridad creando una crisis de confianza y credibilidad de la acción de las Naciones Unidas. El sistema multilateral es cada vez más obsoleto no respondiendo a las necesidades del presente. La guerra de Ucrania se añade a una larga lista en África, Asia y el Medio Oriente, además de crisis políticas internas en diversas que han incrementado el riesgo de tortura y malos tratos a las categorías más vulnerables como personas privadas de su libertad, migrantes, solicitantes de asilo, pueblos indígenas, mujeres y niños.

El Comité tiene que ser más proactivo elevando la atención sobre estas tendencias en las distintas acciones ligadas con su mandato. Pero el CAT forma parte de un universo más amplio debiendo vincularse con los demás actores del Sistema de Derechos Humanos para ser más eficaz. El tema de la tortura es abordado por el Comité, el SPT, el Relator Especial Contra la Tortura y el Fondo Voluntario para la Atención de las Víctimas de la Tortura. Pero el CAT también es una fuente de información relevante para que los Estados actúen tanto en los órganos principales de las Naciones Unidas como también en sus órganos subsidiarios, como es el caso del Consejo de Derechos Humanos. Una mayor coordinación entre las diversas entidades del sistema es indispensable si se quiere lograr una mayor eficacia.

Cada vez, se ataca más a nuestras instituciones multilaterales, y el creciente populismo y autoritarismo alimentan esta tendencia. ¿Cómo vamos a hacer frente a este desafío que amenaza gravemente la protección de los derechos humanos y los mecanismos de derechos humanos de la ONU, incluido el Comité contra la Tortura?

La coyuntura actual obliga a una mayor defensa del multilateralismo. El creciente populismo y autoritarismo, en ocasiones legitimado en procesos democráticos, se traducen en un menor apego y compromiso con las obligaciones internacionales que los Estados asumieron en una diversidad de instrumentos jurídicos de alcance universal y regional. Los riesgos de retroceso obligan a los Estados reforzar los mecanismos de protección de derechos humanos. En el caso específico del CAT, es preciso avanzar en la universalización de la Convención y en la ratificación del OPCAT por parte de un mayor número de Estados ya que aborda el tema primordial de la prevención de la tortura.