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Lucha contra el terrorismo

Frenar a quienes quieren sembrar el terror y herir a civiles redunda en nuestro interés común.

El problema es que muchos Estados están aprovechando la legítima lucha contra el terrorismo para actuar contra opositores pacíficos y personas defensoras de derechos humanos. Los Estados autoritarios e incluso algunos Estados democráticos se han servido del apoyo popular motivado por el miedo a los bombardeos indiscriminados para aniquilar algunos de nuestros derechos fundamentales. Y, lo que es peor, ciertos Estados han restituido la tortura o incluso han tratado de justificarla abiertamente a pesar de la prohibición universal de esta práctica.

Estas políticas no solo no mejoran la seguridad, sino que nos ponen en peligro. La tortura, la destrucción intencionada de otro ser humano, no se puede justificar en ningún caso, independientemente de quién sea la víctima. Además, la tortura nunca se limita a cuestiones de seguridad nacional y lucha contra el terrorismo. Nuestra experiencia en el terreno demuestra que la gran mayoría de las víctimas no tiene ningún vínculo con la violencia terrorista. A menudo se trata de personas pobres, de integrantes de grupos marginalizados, de activistas, de manifestantes pacíficos que no gustan a quienes ocupan posiciones de poder, o de delincuentes comunes.

Para hacer frente a estas peligrosas políticas, la OMCT ha reunido a miembros de la Red SOS-Tortura que trabajan diariamente en países donde son comunes tanto la violencia terrorista como el uso generalizado de la tortura por parte de las autoridades. Este grupo comparte activamente datos recabados en el terreno, trabaja sobre la lucha contra el terrorismo que cumple la legislación internacional, toma posición públicamente y colabora con las Naciones Unidas y con otros expertos para garantizar que la tortura no esté presente en las políticas de lucha contra el terrorismo.

La gran mayoría de las víctimas de tortura no tiene ningún vínculo con la violencia terrorista

La oficina de la OMCT en Túnez realizó un estudio sin precedentes sobre los miles de tunecinos afectados por medidas represivas tomadas en el marco de procedimientos opacos y arbitrarios. El informe Being S (En, Fr), de 2019, combina análisis jurídico con historias reales para reflejar una realidad kafkiana: un velo integral o un altercado con la policía pueden ser suficientes para que se marque a alguien con la temida “S”. Las repercusiones van desde la pérdida del trabajo o la vivienda al ostracismo social (también para los hijos de quienes aparecen en la lista), pasando por la depresión o incluso el intento de suicidio.

En Túnez y en el resto del mundo, la OMCT dialoga con las autoridades para buscar formas de conciliar las medidas justificadas de lucha contra el terrorismo con el respeto del Estado de derecho.