Informe anual 2020
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Migrantes

La pandemia de Covid-19 tuvo unas repercusiones significativas para las personas desplazadas de todo el mundo, también para los migrantes africanos que recorren rutas peligrosas para llegar a Europa atravesando el norte de África. El Grupo de Trabajo de Migración y Tortura de la OMCT, creado para trabajar en favor de una mayor protección de los migrantes africanos en sus trayectos, continuó alertando a los Estados y a los organismos de protección sobre la vulnerabilidad de estas personas. China, por ejemplo, impuso cuarentena para cualquier migrante africano, incluyendo a los estudiantes, en circunstancias que eran constitutivas de tratos inhumanos y degradantes. El grupo de trabajo informó en abril a los mecanismos especiales de la ONU e instó a las autoridades chinas a proteger mejor a los migrantes africanos.

Cruzando el mar Mediterráneo durante la pandemia de Covid

Como en años anteriores, miles de migrantes africanos intentaron escapar de Libia cruzando el Mediterráneo en embarcaciones poco seguras. Italia, uno de los primeros países en verse seriamente afectados por el virus, decretó el 7 de abril que los puertos italianos dejaban de ser puertos seguros para las embarcaciones con migrantes rescatados. Esto provocó que muchos migrantes tuviesen que soportar largos periodos en el mar Mediterráneo a bordo de buques que no contaban con la atención médica ni los recursos adecuados y sin poder solicitar protección en virtud de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de la ONU.

En noviembre, la OMCT participó en una solicitud presentada por el Centre suisse pour la défense des droits des migrants en la que se pedía al Comité contra la Tortura de la ONU que investigase la responsabilidad de Italia en la tortura de migrantes que cruzan el Mediterráneo desde Libia. La OMCT aportó datos adicionales y argumentos jurídicos sobre las consecuencias de la política de cierre de puertos en el contexto de la tortura, especialmente durante la pandemia. En una contribución presentada en octubre ante el Comité de la ONU de Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de Sus Familiares, el Grupo de Trabajo de Migración y Tortura de la OMCT calificó esta política de nueva forma de privación de libertad. Asimismo, en un alegato presentado ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la OMCT afirmó que el tráfico de niñas y mujeres en el marco de la migración global constituye una forma de tortura.

En diciembre, el grupo de trabajo presentó informes amicus curiae al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el marco de cuatro casos judiciales vinculados a la isla italiana de Lampedusa. Los informes mostraban que los migrantes y solicitantes de asilo recién llegados a los que se alojaba temporalmente en puntos críticos vivían en condiciones inhumanas y degradantes que, de prolongarse, podrían ser constitutivas de tortura.

La oficina de la OMCT en Túnez y sus socios lograron una destacable victoria en septiembre, cuando consiguieron que se pusiese en libertad a 22 migrantes a quienes se había privado de libertad de manera arbitraria en el centro de El Ouardia, al sur de la ciudad de Túnez. Fue la primera vez que el Tribunal Administrativo reconoció que esta privación de libertad suponía un incumplimiento de la legislación nacional y de las obligaciones internacionales de Túnez.

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