Informe Anual 2022
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Mensaje de nuestra presidente

Sentar las bases de un mundo mejor

Hina Jilani - Presidenta de la OMCT








Tras años de Covid-19, los brotes de protesta y disidencia pacíficas fueron reprimidos con violencia en todo el mundo. Para agravar este caos, caminamos sonámbulos hacia una crisis climática mundial. Todo ello, unido a una guerra en Europa, perfila "una nueva normalidad" que divide a los países en campos o zonas de influencia. El mundo parece pasar de una crisis a otra.

Sabemos lo peligrosa que puede ser una retórica de emergencia para nuestras sociedades, para nuestro Estado de derecho, para la democracia. Conocemos los peligros de la narrativa del "nosotros contra ellos" para la libertad frente a la tortura. A este peligro oponemos la seguridad de los derechos humanos, como base de la unidad y la paz. En nuestras sociedades polarizadas, los derechos humanos son el último bastión contra actos inaceptables como la tortura. Ellos constituyen los cimientos de un futuro basado en el respeto de la dignidad humana.

Nuestra red de defensores de los derechos humanos está presente en todo el mundo y responde en tiempo real a las emergencias de derechos humanos. Más allá del bien y del mal, de Oriente y Occidente, de partidos políticos y ejércitos, nuestros defensores apuestan por el pueblo. Luchan por nuestra supervivencia, nuestro bienestar y nuestras oportunidades. Ellos son pilares en un mundo que se desmorona. Juntos, ayudamos a los supervivientes a acceder a la justicia y reconstruir sus vidas. Trabajamos con el fin de mejorar las instituciones y los mecanismos de control para evitar abusos. Construimos un futuro mejor.

Nuestra red cambia el mundo cada día

Cuando la policía disparó contra manifestantes pacíficos en Chad, nuestros socios en el país nos enviaron la información en directo que necesitábamos para alertar a las instituciones internacionales. Les invitamos a Ginebra para sensibilizar sobre el tema al Comité contra la tortura de la ONU. Más allá de partidos políticos que luchan por el poder, lo que nos importaba eran las víctimas y sus familias. Juntos conseguimos que las autoridades chadianas recibieran la presión internacional necesaria para poner fin a su sangrienta represión e iniciar un proceso de reparaciones.

El trabajo de documentación es clave para la justicia. Los defensores nos ayudan a recopilar los datos necesarios para demostrar los abusos contra los derechos humanos. En 2022, el socio de la OMCT, la Red Libia contra la Tortura, nos ayudó a compilar un informe sobre el asesinato de 118 migrantes en ataques indiscriminados, centros de tráfico e instalaciones de detención. Esas víctimas y sus familiares están ahora un paso más cerca de obtener justicia.

El año pasado, nuestro Fondo de Asistencia Urgente a Víctimas de la Tortura ayudó a 23 víctimas y a 60 de sus familiares en 11 países en su rehabilitación jurídica, social, médica o psicológica. Los miembros de nuestra red mundial nos han ayudado a identificar y apoyar a esos supervivientes de la mejor manera posible. Sin ellos, nada de esto habría sido posible.

Por su labor en favor de los derechos humanos, en 2022 fueron detenidos 217 defensores en 36 países. En Afganistán o en Irán, quienes defendían a las mujeres y a las minorías se enfrentaban a amenazas de muerte. Nosotros les ayudamos a conseguir visados para que pudiesen seguir trabajando con seguridad desde el extranjero, y así lo hicieron. Como ellos, muchos defensores de todo el mundo se ven obligados a exiliarse. Nosotros no aseguramos de que permanezcan seguros allí donde estén y de que se mantengan libres para seguir defendiendo los derechos de quienes no pueden alzar la voz.

Todos debemos ser defensores de los derechos humanos

Pero la importancia de los derechos humanos excede zonas de guerra y regímenes autoritarios. Los derechos son el elemento de sostén de nuestras sociedades. Cuando se niegan, se crean divisiones, se infligen heridas y se diluye la confianza social. La humanidad en su conjunto sufre las consecuencias. Dado que todos nos vemos afectados por los abusos contra los derechos de los demás, cada uno de nosotros debería estar obligado a actuar en favor de esos derechos.

Cuando oímos hablar de crímenes de guerra, abusos policiales y violencia de Estado en todo el mundo, podemos sentirnos impotentes. Los agresores se aprovechan de esta desesperación. Su única esperanza es que nos cansemos de oír hablar de violaciones de derechos humanos en países extranjeros o próximos al nuestro, que perdamos interés por la cruda realidad de migrantes o detenidos, cuyas vidas están tan lejos de las nuestras que podría llevarnos a ignorar el sufrimiento ajeno.

Si creemos que un mundo mejor es posible, debemos actuar para conseguirlo. Debemos mantener la atención sobre los abusos contra los derechos humanos. Debemos hacer frente a quienes los perpetran. Debemos optar por defender a los más vulnerables. Cada uno de nosotros en su propio ámbito debe ser defensor de los derechos humanos.

Hina Jilani
Presidenta de la OMCT